Adrián, el jarrón y sus secretos.
Cual cáscara de huevo cuando que se resquebraja dando paso a su interior, el inconsciente prisionero de Adrián se iba dando a conocer. Su plano consciente ya era muy pelotudo, básico total, era gamer y usaba una gorrita con iniciales de un lugar que nunca había visitado. Cuando caminaba por la calle solía patear piedritas, refunfuñaba como un nene cuando no le salían las cosas. Era adicto a ponerse metas que nunca cumplía y había decidido pasar el resto de su vida contemplando sus heridas. Mezcla de narcisista, imbécil y malo. Tenía todo : un mal matrimonio, mamá y papá viendo crecer el pasto, un hijo votante de Milei y anemia mediterránea en la mente. Envidiaba hasta las desgracias, le daban bronca porque a él nunca le pasaba nada, su vida era una oda al vacío. Ultimamente andaba medio triste, porque se había enterado que el edificio donde había vivido un tiempo en Capital Federal se había prendido fuego, le dio un poco de bronca no haber estado adentro del incendio. De a...